jueves, 29 de marzo de 2012

ENIGMAS

NIVEL FÁCIL


  `` Al llegar al regimiento,
se rapa a todos los hombres,
excepto a uno, ¿por que? ´´


  ``Cada una se abre,
o se cierra, se tiende o se levanta.
Igual que los bolsillos, 
pueden estar llenas o vacías´´
¿Que son?




``Durante toda mi vida,
no paro de crecer.
Soy frío y sanguinario,
pero acabo rendido
a vuestros pies´´




``Planta y raíz
al mismo tiempo,
con mi nombre califican,
cierto pelo extravagante´´
¿Qué soy?




``Aunque lenta, soy
huidiza. Unas veces dulce,
y otras peligrosa, soy banal
y sin embargo valiosa´´
¿Qué soy?




``¿Qué ser vivo puede
mantener sus brazos 
en alto sin cansarse nunca?´´




``No estoy vivo
y sin embargo puedo morir
si no tengo nada con lo que
alimentarme´´
¿Qué soy?




``¿Cuál es el último
de los planetas del sistema
solar en haber sido 
fotografiado? ´´

viernes, 9 de marzo de 2012

El músico segundario

Erase, una vez, en Gran Bretaña, un músico que lo tenía todo, excepto la música, a el le daba vergüenza, ir por la vida siendo músico y no saber tocar ni un instrumento. Así que ese tal músico llamado: Don Eustaqueo Farsante Burlón, tenía un truco para ir a sus óperas, llevarse todo el mérito y  no copiar otras sinfonías.
Lo que hacía era que un amigo suyo que era un actor, muy conocido: Segovio Entrometido Sin Vergüenza, que le ayudaba, por no decir que el hacía todo el trabajo, disfrazándose de el y mientras que  fingía que hacía la ópera, un caset le reproducía la música . Así que un día a Eustaqueo le contrataron para hacer una ópera en Las islas Canarias. Le pidió a Segovio que fingiese la ópera, pero le dijo que estaba haciendo una película de La guerra de las Galaxias. Eustaqueo estaba desconsolado, si el fuese lo estropearía todo y se iría al traste. Llegó la noche del espectáculo, y Eustaqueo estaba sudando como un pollo, no podía creer lo que veía en sus ojos, un auditorio lleno de gente, claro como el nunca había echo ni una ópera pues  le resultaba  un poco incomodo ver a toda esa gente sentada aclamándole. Cuando llegó la hora salio al escenario y se puso tan rojo como un tomate que se desmayó, pues, después de todo  Segovio reconoció que le había sobornado y que el no tenía la culpa, así que Segovio tuvo que pagar una multa de 1.000.000 $ y además a Eustaqueó le condenaron 1 minuto de cárcel, por no decírselo a la policía