En un mundo, que era tan lejano, tan lejano, tan lejano, que no existía en la realidad, ocurrió algo riquísimo de saber.
En ese mundo llamado Donutslandia, los donutsnianos o eran blancos;que eran los niños buenos, negros;que eran los niños malos, los de fresa; que eran las niñas buenas, y las azules; que eran las niñas malas.
-Socorro, socorro, que me comen, que me comen- dijo la donuts fresita, mientras, el feroz perro de los donuts negros le amenazaba con comérsela.
A poco estaba de que la capturaran, cuando el gran donuts se la comió de golpe. Pero los donuts rosas no se rindieron dan fácilmente. Cada donuts rosa cogió, la sal; que era el enemigo de todo goloso y claro el Gran donuts no se aguanto y se los comió. Lo mismo pasó con los donuts azules, negros y blancos; que ninguno duró lo suficiente como para derrotarlo. Y el mundo de los donuts, Donutslandia, desapareció y se empezó a llamar, La bestia Donutsnera.
El gran donuts, al que llamaban antes, se cambió el nombre por: Homer Donete Regordete Chispete Baguete.
Llegó el invierno y Homer hibernó.
Pasaron 2 meses de un duro invierno, sin comer. Y Homer por fín se durmió.
Quedaba un día para que terminara el invierno y la gran bola de grasa, estalló. Ahí fue cuando todos esos donuts de colores que se comió Homer, antes del invierno, se fueron volando a otro planeta haciendo un arco-iris, donde los donuts podrían vivir mejor, sin ningún Cabezadonuts, que se los comiera y seguir haciendo su rutina, diaria; batallas doneras.
FIN
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